Page 59 - Educacional Ponenecias Congreso SEHH-STH 2020
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❯ Introducción
Los derivados plasmáticos son productos medicinales procedentes del fraccionamiento industrial del plas- ma humano que ha sido separado desde la sangre total o directamente mediante aféresis.
En España apenas cubrimos la mitad del consumo de inmunoglobulinas intravenosas (Ig i.v.) y menos de las dos terceras partes de la albúmina con el plasma procedente de la donación de sangre total y afére- sis, el resto es importado, fundamentalmente desde los EE. UU. Dicho plasma importado, aunque cumple las mismas especificaciones de seguridad, procede de donantes remunerados. Este claro déficit de abas- tecimiento nos coloca claramente en una situación precaria y nos deja expuestos a un déficit de suminis- tro ante posibles situaciones: incremento del consumo mundial, políticas comerciales de los países producto- res o de las grandes empresas fraccionadoras o pan- demias o epidemias que afecten a los donantes. Por esto, se ha llegado a considerar el plasma como un recurso estratégico y, como tal, es necesario que cada país establezca los programas necesarios para llegar a la autosuficiencia.
Existen varias vías para poder paliar esta situación, la primera definir un plan nacional o local de obten- ción de plasma que incremente de forma significa- tiva los litros de plasma obtenidos y posteriormente fraccionados. Este incremento en la obtención de plasma debe basarse en la donación de aféresis: la donación de sangre total en los últimos años ha disminuido como consecuencia de la aplicación de políticas de uso óptimo y patient blood management (PBM), por lo que el plasma de recuperación ha lle- gado al límite. Pero, aunque esto se ponga en mar- cha, es necesario también definir cuál es la demanda real de cada proteína para poder asegurar la cober- tura adecuada.
Cristina Arbona Castaño
Centro de Transfusión de la Comunidad Valenciana
Durante los años setenta, la definición de autosu- ficiencia en derivados plasmáticos se basaba en el consumo de albúmina; con la estabilización de su consumo en los ochenta, fue sustituida por el fac- tor VIII. La epidemia de sida, que afectó de manera significativa a la población con hemofilia, y el desa- rrollo posterior del factor recombinante modificaron la definición a las Ig. Actualmente, todos los consumos están cambiando. Es necesario definir cuáles son las indicaciones con suficiente evidencia científica de efi- cacia terapéutica con cada uno de estos 3 hemode- rivados, los posibles sustitutos beneficiosos para cada una esas patologías y precisar cuál es su posible pro- yección de consumo futuro para poder establecer es- trategias que sean viables económicamente, optimi- zándose los recursos y manteniendo las condiciones más seguras de donación que proclama la Organiza- ción Mundial de la Salud (OMS), mediante la dona- ción voluntaria y no remunerada. Dada su disponibili- dad limitada, a la que debemos añadir su alto coste, se hace esencial especificar recomendaciones para su uso apropiado, bien como productos de primera elección, cuando así se indique, o como alternativa a otras estrategias terapéuticas, para poder asegurar la cobertura adecuada. A continuación, repasamos los 3 principales derivados plasmáticos.
❯ Inmunoglobulinas inespecíficas o polivalentes
Constituyen hoy en día la mayor demanda y, por lo tanto, la que marca el grado de autosuficiencia. Los datos disponibles hasta ahora demuestran que la de- manda de Ig seguirá aumentando como consecuen- cia de su utilización para nuevas indicaciones, pero también por los mercados emergentes.
Los datos publicados por el National Health Service (NHS) británico destacan un incremento de consumo
Uso óptimo de los hemoderivados plasmáticos
  LXII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia / Ponencias
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