Page 60 - Educacional Ponenecias Congreso SEHH-STH 2020
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anual del 10%, similar a otros países de la Unión Euro- pea (UE), y que las indicaciones neurológicas lideran actualmente el consumo de Ig i.v. en un 45%, segui- das de las inmunodeficiencias tanto primarias, con un 35%, como secundarias de origen oncohematológico, con un 9% de consumo global.
En relación con las indicaciones, se reconocen 2 grandes grupos: las inmunodeficiencias humanas primarias (PID) o secundarias, y las indicaciones en el entorno inmunomodulador, basadas en sus princi- pios efectores: capacidad para combatir infecciones, efecto antiinflamatorio y modulador de la respuesta inmune. Para las primeras y de forma global, el mayor conocimiento fisiopatológico y el desarrollo de méto- dos diagnósticos más precisos han incrementado el número de pacientes que se pueden beneficiar de su uso; en estos, las Ig administradas actúan con efecto de reposición y con indicación prioritaria de profilaxis. Para las segundas, podemos encontrar patologías en las que las Ig tienen indicaciones aprobadas con un nivel elevado de evidencia sobre su efecto positivo en la enfermedad, en algunas pocas para las que no existe alternativa de tratamiento, aunque en la mayo- ría su uso se considera como de segunda opción te- rapéutica. Es necesario establecer por ello prioridades de uso en caso de déficit de este hemoderivado: las condiciones que requieren prioridad absoluta inclu- yen la inmunodeficiencia primaria de origen humo- ral (PID), la enfermedad de Kawasaki, el síndrome de Guillain-Barré y la polineuropatía desmielinizante infla- matoria crónica (CIDP), la púrpura trombocitopénica inmune (PTI) infantil y otras enfermedades que ponen en peligro la vida y que otros medicamentos no pue- den mejorar.
Existe también un grupo de enfermedades en las que su utilización está fuera de indicación o no se ha demostrado todavía evidencia, tanto dentro del entor- no inmunomodulador como en la reposición en las inmunodeficiencias secundarias. Este grupo es en el que, de forma mucho más evidente, se ha disparado su utilización. Actualmente, es difícil estimar en cuán- tas de estas condiciones los ensayos con Ig realmente llegarán a buen término (dermatomiositis, aborto es- pontáneo recurrente, mielopatía asociada al virus de la inmunodeficiencia humana –VIH–, etc.), ya que el mecanismo subyacente de acción de la Ig en cual- quier trastorno inmunomodulador todavía es poco conocido y no hay que olvidar que la eficacia y tam- bién los efectos secundarios de las Ig pueden diferir
de un producto a otro e incluso de un lote a otro.
No solo es importante definir las indicaciones y es- tablecer prioridades de uso de las Ig, sobre todo en tiempos de déficit del producto, también se hace ne- cesaria una revisión periódica de las mismas, ya que la evidencia clínica de la eficacia o la prioridad cambia con el tiempo para muchas de ellas. Otro dato a tener en cuenta es que es importante establecer las dosis óptimas de tratamiento para cada una de las indica- ciones y, yendo más lejos, establecer la “dosis clínica- mente efectiva” para cada paciente, que sobre todo en las inmunodeficiencias primarias debe ajustarse a la eficacia efectiva. Se estima que cerca de un 50% de
estos pacientes no está correctamente tratado.
❯ Albúmina
La albúmina humana es la proteína más abundante en el plasma y, aunque multifuncional, destacan 2 fun- ciones principales: reguladora del volumen plasmáti- co y del balance con los fluidos tisulares mediante su efecto oncótico, es decir, es el expansor fisiológico del plasma, y además es una molécula transportadora (iones, ácidos grasos, bilirrubina, hormonas y muchos fármacos). De estas funciones se derivan sus principa- les aplicaciones clínicas:
• Hipovolemia: en ciertas condiciones agudas (shock hipovolémico, cirugía mayor, cirugía cardiaca, quemaduras graves, etc.) en las que se hace necesa- rio expandir el volumen y mantener la circulación, la administración de albúmina es indicación secunda- ria cuando ha fallado el tratamiento primario (solucio- nes cristaloides/coloides) o existe contraindicación para su uso. Revisaremos las evidencias actuales en cada una de estas circunstancias. Una indicación cla- ramente establecida es como líquido de sustitución en los recambios plasmáticos de más de 20 mL/kg.
• Hipoalbuminemia crónica. Existe una gran contro- versia en el uso de albúmina en la cirrosis hepática grave, aunque cierto grado de evidencia permite su uso en 3 condiciones: paracentesis de gran volumen como prevención de los trastornos hemodinámicos posparacentesis, el síndrome hepatorrenal y la peri- tonitis espontánea. Otras 2 circunstancias crónicas, el síndrome nefrótico con edema pulmonar y fallo renal y la malnutrición grave con diarrea que no responde al tratamiento, son subsidiarias de tratamiento con al- búmina.
 LXII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia / Ponencias
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